Durante el COVID-19 la presencia en internet permitió sobrevivir a muchos comercios debido a sus estrategias de venta en línea y comercio electrónico.
El fortalecimiento de un entorno de redes sociales y plataformas digitales en América Latina dio paso al surgimiento de una nueva ola de emprendedores, particularmente mujeres emprendedoras, quienes aprovecharon las oportunidades de los mercados en línea para implementar métodos flexibles en la venta y promoción de productos y servicios.
La necesidad de encontrar nuevos canales de mercadeo y distribución, acentuada por los confinamientos obligatorios y la falta de movilidad durante la pandemia, profundizaron el surgimiento de estas emprendedoras digitales.
“¿Dónde entregas, nena?” Se ha convertido en una frase frecuente y distintiva en los comentarios de marketplaces de redes sociales y foros de ventas minoristas.
Estas vendedoras están revolucionando un nicho específico del comercio en línea. Se especializan en la promoción de ropa, productos de belleza, accesorios, manualidades, comida y hasta servicios de ocasión.
En México, de esta frase, que inició como una señal amable y casi cariñosa de mostrar interés en las publicaciones de ventas, surgió el término “neni” para denominar a estas emprendedoras digitales.
Aunque al inicio fue usado de manera burlona y despectiva de referirse a este esquema de autoempleo, hoy el concepto es abrazado con orgullo por las mujeres que buscan oportunidades laborales en la informalidad de las ventas minoristas pero desde un contexto moderno: el entorno digital.
Las “nenis” decidieron comenzar sus ventas como un medio de subsistencia temporal o complementario y desarrollando negocios que les permitiera balancear sus ocupaciones de cuidados en casa u otros empleos.
Para muchas familias en la región, las ventas en línea, como estrategia de autoempleo, se han convertido en una fuente importante de ingresos y con ello de autonomía económica y empoderamiento. Sin embargo, se observa que existen aún altos niveles de precariedad laboral, informalidad y falta de profesionalización en sus negocios.
A medida que sus emprendimientos crecen, la necesidad de llevar su negocio comercial al siguiente nivel y de adoptar nuevos métodos de operación se hace cada vez más evidente.
Las emprendedoras digitales podrían revolucionar aún más sus ventas adoptando transacciones sin efectivo, explorando las alternativas disponibles para pagos digitales y modelos de negocio más orientados hacia el comercio electrónico integral.
Adicionalmente, adoptar estas prácticas podría impactar positivamente en el acceso a productos financieros, como cuentas de ahorro y préstamos, de las mujeres emprendedoras y pequeños negocios.
El cambio global hacia el comercio minorista digital es evidente, y América Latina no es una excepción. Los consumidores buscan cada vez más conveniencia, velocidad y seguridad en sus transacciones. Los comercios en otras partes del mundo tienen planes de o han logrado transitar a pagos digitales como una alternativa para hacer transacciones.
Las emprendedoras de América Latina no pueden quedar atrás de esta ola. Al adoptar pagos digitales, las pequeñas empresarias se alinean con estas tendencias, abriendo nuevas oportunidades de crecimiento.
En el panorama competitivo de América Latina, generar confianza y credibilidad puede diferenciar a los pequeños negocios. Aceptar pagos digitales indica a los clientes que su emprendimiento es moderno, confiable y centrado en el cliente. Además, esta confianza y conveniencia puede traducirse en abrir su mercado a clientes bancarizados, una mayor lealtad del cliente y en la repetición de compras.
Adoptar los pagos digitales no se trata sólo de modernizar y transformar su negocio: se trata de aprovechar la oportunidad de acceder a nuevos mercados y bases de clientes que se están sumando a la ola cashless.
Las PYME y los emprendedores de comercio minorista ahora pueden atraer clientes de todas partes, incluidos aquellos que prefieren la comodidad y seguridad de las transacciones digitales. Esta expansión geográfica y de mercado abre nuevas fuentes de ingresos y oportunidades comerciales.
Para los compradores, la disponibilidad de pagos electrónicos en comercios es un factor que toma relevancia. Cada vez más los usuarios de tarjetas, transferencias bancarias y monederos electrónicos exigen poder pagar sin efectivo en sus compras. El que se acepten pagos digitales en los comercios, además del precio, es una variable para elegir comprar en ciertas tiendas.
En este sentido, una pregunta que pueden hacerse los dueños de negocios o vendedoras es ¿cuántos clientes he perdido por no aceptar pagos con tarjeta? Un beneficio adicional es que se ha detectado que el volumen de ventas se incrementa al introducir pagos electrónicos como alternativa y las compras individuales se hacen por un mayor monto.
La digitalización de pagos permitirá una mayor eficiencia, rentabilidad y profesionalización de los negocios. Con pagos digitales, no más contar fajos de dinero en efectivo, no más contabilidad tediosa y no más preocuparse por el robo o el fraude. Con los pagos digitales, las emprendedoras digitales pueden optimizar sus operaciones, reducir los errores humanos y ahorrar tiempo y recursos valiosos. Esta nueva eficiencia puede generar importantes ahorros de costos y una mayor rentabilidad.
Además, los métodos digitales de pago pueden ayudar a dar seguimiento de gastos y presupuestos, implementar contabilidad simplificada e iniciar un historial crediticio que permita la inclusión financiera. Las PYMES deben expandir sus opciones para pagar gastos comerciales como alquiler de locales, salarios, compra de insumos y pago de facturas.
El movimiento de las “nenis” o emprendedoras digitales hacia los pagos digitales es más que una tendencia, es un paso necesario hacia un mayor empoderamiento financiero y eficacia comercial en la economía digital de Latinoamerica.
Al adoptar transacciones sin efectivo, puede disfrutar de una mayor seguridad, eficiencia y alcance del mercado. A medida que navegan por este panorama digital, el apoyo en forma de educación financiera y capacitación digital será clave para garantizar que cosechen todos los beneficios de esta revolución digital.