La inclusión financiera se refiere a brindar acceso igualitario a servicios financieros básicos a todas las personas. Esto incluye cuentas de ahorro, créditos, seguros y otros productos fundamentales para mejorar la calidad de vida de las personas.
Además, la inclusión financiera se refiere al acceso a servicios financieros digitales, como pagos móviles y banca en línea, que facilitan el acceso a personas en áreas remotas o desfavorecidas. En última instancia, la inclusión financiera promueve el desarrollo económico y social al empoderar a las personas y reducir la pobreza.
Los principales desafíos de la inclusión financiera son geográficos y de alcance, esto quiere decir que los que brindan servicios financieros, ya sean empresas publicas o privadas, actualmente no tienen la capacidad de llegar a cada rincón de la región, o en los productos ofrecidos no están cubriendo las necesidades de los usuarios.
Existen múltiples factores que explican esta situación, como la insuficiencia de infraestructura, los elevados costos de las transacciones o la deficiente educación y divulgación en materia financiera, es decir, un bajo nivel de alfabetización financiera. Por consiguiente, estas personas no se incorporan al sistema financiero.
El crecimiento de la industria fintech y la banca digital ha acelerado por mucho este alcance, sin embargo aún existe un gran camino por recorrer. Algunas de las soluciones que se están creando son:
Servicios financieros, incluidos los pagos, ahorros, crédito, seguros y productos de inversión, que permiten a los hogares y a las empresas administrar sus finanzas de mejor manera.
Los pagos digitales tienen el potencial de disminuir los gastos asociados a las transacciones, volviendo los servicios financieros más accesibles para individuos y empresas. La inclusión financiera digital implica la adopción de herramientas digitales que minimizan los costos, con el objetivo de integrar a aquellos sectores de la población que actualmente se encuentran marginados del ámbito financiero.
Las poblaciones con menor acceso a la bancarización en América Latina son mujeres y personas en regiones apartadas. Por esta razón existen muchas oportunidades de crecimiento para estos sectores.
Empresas vanguardistas están diseñando soluciones específicas para atender las exigencias de estos grupos. Se han establecido entidades que proporcionan microcréditos solo para mujeres, y también han aparecido ofertas de seguros destinadas a los trabajadores rurales, quienes previamente no tenían acceso a tales servicios.
Según Mastercard, 40 millones de personas accedieron por primera vez al sistema financiero durante el 2020.
Los pagos digitales tienen un papel fundamental en la inclusión de personas con movilidad reducida y otras personas sistemáticamente segregadas. A continuación se presentan algunas formas en que los pagos digitales permiten esta inclusión:
Los pagos digitales ofrecen una forma conveniente y accesible de realizar transacciones financieras sin la necesidad de desplazarse físicamente a una sucursal bancaria. Esto es especialmente beneficioso para las personas con movilidad reducida, ya que les permite realizar transacciones desde la comodidad de su hogar utilizando dispositivos móviles.
Además, esta tendencia se extiende a sectores como el comercio minorista y la alimentación, donde con solo un clic se pueden solicitar productos o comida a domicilio y realizar el pago de manera digital.
Las nuevas tecnologías permiten la apertura de cuentas bancarias sin la necesidad de acudir a una sucursal física. Esto facilita el acceso a servicios financieros para personas que antes se encontraban segregadas debido a barreras físicas o geográficas. Ahora, pueden abrir una cuenta bancaria utilizando aplicaciones móviles o plataformas en línea.
Las nuevas tecnologías también han facilitado la atención a personas con discapacidades visuales o verbales. Los sistemas ahora permiten a las personas interactuar con los servicios financieros a través de comandos de voz o mensajes de texto.
Estas innovaciones tecnológicas en los pagos digitales contribuyen a la inclusión financiera al reducir las barreras físicas y de comunicación.
Como vimos en otros artículos, cualquier empresa (empresas no financieras) tiene oportunidad de captar estos mercados a través de Finanzas Embebidas y la creación de productos financieros como tarjetas de crédito, débito, etc.
Por otro lado, las empresas financieras impulsan esta inclusión financiera a través de servicios financieros digitales.
Según el Banco Mundial, en el mundo existen aún existen 1400 millones de personas que no tienen acceso al sistema financiero.
