Ya hemos mencionado en este blog todos los potenciales beneficios de transitar a una sociedad y economía menos dependiente del dinero en efectivo y más abierta a los pagos digitales.
Entre ellos, menores costos administrativos para negocios, mayor alcance de nuevos clientes, seguridad y la capacidad de generar datos para acceder a más y mejores servicios financieros.
Sin embargo, no todos se encuentran en la misma disposición ni las mismas circunstancias para la adopción de pagos digitales.
Un estudio reciente de Iupana, Más Efectivo Sin Efectivo y Galileo Financial Technologies ha encontrado que existen al menos 5 tipos de usuarios de acuerdo a su nivel de adopción de pagos digitales.
La forma en que manejamos el dinero está cambiando radicalmente. Desde pequeños comercios hasta grandes corporaciones, todos estamos en algún punto del espectro de transición hacia los pagos digitales. Pero ¿alguna vez te has preguntado qué tipo de usuario o negocio eres en esta transformación? Este blog te invita a explorar las distintas actitudes hacia la transición sin efectivo y a considerar los beneficios de los pagos digitales.
Los 5 tipos de actitudes frente a la transición cashless
1. Los Aferrados a los billetes y monedas
Son aquellas personas resistentes al cambio, que valoran la tangibilidad y familiaridad del dinero físico. Prefieren el contacto directo con el efectivo porque les ofrece una sensación de control y seguridad. Sin embargo, esta postura podría limitar la accesibilidad a servicios que optimizan tiempo o nuevos clientes que buscan cada vez más negocios que acepten tarjetas de crédito o débito u algún otro medio de pago otras plataformas digitales.
Imagine a un propietario de una tienda de conveniencia en las afueras de la ciudad. Para él, el efectivo le ofrece una sensación de seguridad. Se siente incómodo con la simple idea de dejar atrás esta familiaridad que tanto él como sus clientes sienten por el efectivo. Si bien la introducción de pagos electrónicos en sus ventas no hará que deje de recibir dinero físico, sí
le genera dudas: “¿tendré que pagar más impuestos? ¿Qué tan seguro es confiar en la tecnología?”
Para él no hay nada como el toque humano y la conveniencia de sus transacciones, sin el aparente problema de introducir nuevas formas de pago. Sin embargo, este apego al efectivo podría estar cerrándole las puertas a un capítulo más eficiente y seguro de su negocio.
2. Los Dispuestos, aunque indecisos, sobre la transición al cashless
Este grupo se conforma de aquellos preparados para explorar soluciones financieras sin efectivo por curiosidad, influencia o tendencias. Reconocen la importancia de adaptarse a los cambios tecnológicos y están abiertos a probar nuevas formas de pago, aunque aún mantienen ciertas reservas.
Aquí podríamos encontrar a una artista que vende sus pinturas en mercados locales. Piensa que instalar un pequeño lector de tarjetas en su puesto podría traerle resultados, pero el trámite y el costo la hace dudar aún. Curiosa y abierta, esta artista representa a aquellos dispuestos a explorar el mundo sin efectivo, aunque aún navega entre la tradición y la innovación.
3. Los Transicionales, que viven entre el efectivo y los pagos digitales
Estos usuarios cambian activamente de efectivo a formas de pago electrónicas. Han comenzado a experimentar los beneficios de la digitalización financiera y buscan equilibrar el mundo físico y el digital, adaptándose gradualmente a las nuevas tecnologías.
En este segmento podemos encontrar un pequeño negocio, como restaurante o cafetería, que por su ubicación y tipo de clientes, sigue dependiendo de los pagos en efectivo, pero también cuenta con una terminal punto de venta móvil, o un código QR para hacer transferencias bancarias, en caso de ser necesario.
Son personas que descubren que los pagos digitales no sólo son convenientes, sino que también ofrecen una capa de seguridad que el efectivo no puede.
4. Los Evolucionados, convencidos y cada vez más digitales
Prefieren formas de pago digitales, abogan por su adopción acelerada y comparten con sus colaboradores y clientes sus ventajas. Utilizan el efectivo solo cuando no tienen otra opción, y su experiencia los hace portavoces de la transición digital.
Para ellos, los pagos digitales son ya parte de su día a día, es la manera estándar de hacer y recibir pagos, administran sus presupuestos utilizando los datos financieros de sus cuentas y tienen distintas opciones de plataformas de pago para cada ocasión, desde comprar un café hasta pagar su renta.
Para ellos, los pagos digitales son una extensión de su vida digital, ofreciéndoles conveniencia, seguridad, y control sobre sus finanzas con apenas unos clics.
5. Los Progresistas, 100% cashless
Son el polo opuesto a los Aferrados. Usan efectivo solo cuando es absolutamente necesario y prefieren buscar negocios que acepten tarjetas, aunque eso implique invertir más tiempo. Evitan cargar monedas y billetes. Han adoptado por completo la vida digital, y aprovechan al máximo las facilidades, bonificaciones y seguridad que ofrecen los pagos digitales.
Son exploradores de nuevas aplicaciones. Para ellos, la vida sin efectivo no es solo posible, es preferible; y procuran realizar todas sus transacciones en línea o mediante aplicaciones.
Del lado de las empresas, en este segmento se encuentran las marcas que generan beneficios y promociones para sus clientes frecuentes, con programas de lealtad.
No sólo han acogido el mundo digital, sino que lo redefinen. Buscan constantemente las últimas innovaciones, utilizando tecnología de vanguardia para hacer su vida más fácil y segura.
Para ayudarte a identificar en qué punto del espectro te encuentras, considera las siguientes preguntas: ¿Cuánto valoras la tangibilidad y conveniencia del dinero físico? ¿Estás abierto o abierta a explorar nuevas tecnologías para hacer o recibir pagos? ¿Cuánto has integrado los pagos digitales en tu vida diaria o en la operación de tu negocio?¿Hasta qué punto buscas evitar el uso de efectivo?
La transición del efectivo a los pagos digitales es una evolución natural en nuestra sociedad tecnológicamente avanzada. Independientemente de la categoría en la que te encuentres, es importante destacar los beneficios de los pagos digitales, como mayor seguridad, conveniencia y eficiencia. Te animamos a explorar y adoptar estas tecnologías, no solo para tu beneficio personal o empresarial sino también para contribuir al desarrollo económico y la inclusión financiera en tu comunidad. La digitalización financiera está aquí para quedarse, y abrazarla es avanzar hacia un futuro más conectado y eficiente.