En América Latina el acceso a créditos y otros servicios financieros es demasiado complicado para la mayoría de las personas. El Banco Mundial dice que 74% de los adultos en la región tiene algún tipo de cuenta, como las bancarias, sin embargo, solo 3 de cada 10 latinoamericanos han recibido un préstamo por parte de alguna institución financiera formal. Esto quiere decir que casi 350 millones de adultos no han experimentado los beneficios que pueden traer los créditos.
Desafortunadamente solo una minoría de los empleos permiten a las personas contar con un buen ingreso y formalidad que para los prestamistas indican un nivel de riesgo de impago mucho más bajo, es decir confiabilidad.
Para poder atender a la población que no es susceptible de recibir créditos mediante un banco o institución financiera formal, se han creado modelos alrededor del mundo denominados microfinancieras, y que poco a poco evolucionan para convertir su operación basada históricamente en cash a esquemas basados en pagos electrónicos.
Pero antes un poco de contexto. El término microfinanzas se refiere a la manera en que algunas instituciones ofrecen servicios financieros para personas en situación de informalidad laboral, pobreza o de bajos ingresos, incluyendo no sólo a consumidores, sino también a emprendedores en búsqueda de financiamiento. Sus principales productos son microcréditos para apoyar emprendedores, pero también ofrecen crédito para vivienda y compra de autos, por ejemplo.
El modelo de las microfinancieras se sustenta en la confianza que se genera a través de la relación directa entre personas y comunidades con los bancos, las redes de compromiso entre los miembros de la comunidad y la manera en que esta confianza y compromiso con tus vecinos puede reducir el riesgo de impago por parte de los prestatarios.
Las microfinanzas desde su introducción en la década de los 70s han cambiado las vidas de millones de personas no bancarizadas y propietarios de pequeñas empresas en todo el mundo. Pero en América Latina, donde las transacciones en efectivo son la norma, está en marcha una revolución impulsada por los pagos digitales.
En general desde su creación, las microfinancieras han otorgado créditos en efectivo a sus clientes, con agentes que viajan periódicamente a las comunidades a entregar dinero o recoger pagos en efectivo para saldar las deudas.
El dinero en efectivo ha predominado en este sector ya que el público que atienden las microfinancieras ha dependido históricamente del cash por encontrarse en zonas periféricas a las ciudades con poca o nula presencia de terminales punto de venta o cajeros automáticos, así como pocos dispositivos móviles e internet para el desarrollo de pagos digitales.
Siempre han existido riesgos e inconvenientes de manejar efectivo como nos comenta Director de Microfinanciera, experto con más de 16 años de experiencia en el sector de microfinanzas:
“El cash tiene diferentes denominaciones,se pierde, se guarda en la casa abajo del colchón, lo tienes que ir a sacar de algún lado, todavía implica que a una persona que vive en un pueblo se tenga que desplazar para llegar a un cajero automático o a una farmacia. Esos riesgos implican que te lo roben en el camino o se caiga.”
En esta ocasión, tratamos el tema de adopción de medios de pago digitales y su impacto sobre la inclusión financiera y la adopción de microcréditos. Aquí exploramos cómo los pagos digitales y las microfinanzas están reescribiendo las reglas de la inclusión financiera en América Latina, ofreciendo un camino hacia futuros más brillantes y prósperos tanto para individuos como para pequeñas empresas.
Abandonar al menos parcialmente las transacciones únicamente con efectivo por transacciones digitales le permite a las instituciones de microfinanzas llegar a personas no bancarizadas o insuficientemente bancarizadas en áreas remotas o económicamente marginadas. Al adoptar los pagos digitales, estamos abriendo puertas a la inclusión financiera y el empoderamiento económico.
Es posible que las personas no tengan acceso a los servicios bancarios tradicionales, pero a menudo tienen acceso a teléfonos móviles o Internet. Los pagos digitales y especialmente el aumento de la conectividad de zonas periféricas, rurales, y segmentos de bajos ingresos ha permitido encontrar nuevos canales para llegar financieramente a ellas. Los datos de inclusión financiera y digital del Banco Mundial muestran que casi 8 de cada 10 adultos en la región tienen acceso a internet y casi 9 tienen acceso a un teléfono móvil.
Una encuesta del European Microfinance Platform indica que las tendencias más relevantes en el sector de la inclusión financiera son la transformación digital de las instituciones financieras y la expansión de innovaciones digitales para los clientes.
Las transacciones digitales amplían el alcance y el crecimiento de las instituciones de microfinanzas. Con plataformas digitales, estas instituciones pueden atender a un mayor número de clientes, incluso en zonas remotas, sin necesidad de ampliar sucursales físicas. Las aplicaciones de banca móvil, los servicios basados en SMS y las plataformas en línea brindan canales convenientes para que los clientes accedan a servicios de microfinanzas y realicen transacciones.
Pero todavía existen retos a superar, siendo la educación financiera y digital una de ellas. “Antes estábamos con generaciones que les enseñamos educación financiera para poder tomar una decisión de ahorro, una decisión de inversión, una decisión de crédito. Ahora las tenemos que llevar a un tema de inclusión digital.
La gente de 40 para arriba es un tema de inclusión digital porque efectivamente todo el mundo sabe usar el celular, pero para redes sociales, para comunicarse, para hablar por teléfono, pero no es tanta la gente que tiene la confianza de hacer una operación ahí, sobre todo en los segmentos más cercanos a la base de la pirámide.
”, comenta nuestro experto en microfinanzas
Los canales digitales facilitan el desembolso de micropréstamos y permiten a los prestatarios recibir fondos directamente en sus billeteras móviles o cuentas bancarias. Al utilizar efectivo, las microfinancieras han tenido que absorber costos de transporte y almacenamiento de dinero, además de los peligros que supone que los agentes de cobro recorran comunidades cargando billetes y monedas.
La digitalización reduce el tiempo y los costos asociados con el desembolso del préstamo, haciendo que el crédito sea más accesible para los prestatarios. El manejo de efectivo físico implica costos importantes, como gastos de transporte, almacenamiento y seguridad. Las transacciones digitales reducen sustancialmente estos costos para las instituciones de microfinanzas.
Por otro lado, también se observan beneficios para el funcionamiento y procesos de las empresas financieras, como indica Director de Microfinanciera: “Puedes atender a los clientes muchísimo más rápido. Por lo tanto, si el cliente tiene una necesidad de un préstamo, de un crédito, de usar una tarjeta lo puedes hacer de inmediato. ”
Al eliminar barreras como los altos costos de transacción, la falta de sucursales físicas y algunos requisitos de historial crediticio, las empresas fintech pueden llegar a una gama más amplia de clientes y brindar servicios financieros que se adapten a sus necesidades.
En este sentido, no solo los grandes bancos con soluciones de banca en línea y aplicaciones móviles generan mejores soluciones para sus clientes. También el sector financiero que atiende microcréditos en comunidades y poblaciones no bancarizadas se transforma y adapta para mejorar el ecosistema financiero y digital de las comunidades que atiende.
Sin duda los esfuerzos por digitalizar los pagos de estas instituciones repercutirá en la forma en que sus clientes interactúan con sus servicios y desarrollará aspectos básicos de infraestructura y disponibilidad de medios de pago electrónicos para un segmento de población al que de otra forma le resultaría muy difícil acceder.
Pero para analizar un poco más a profundidad a las microfinancieras basadas en cash y aquellas que han adoptado un modelo de negocio con pagos digitales los invitamos a leer este blog donde abordamos sus principales diferencias en cuanto a clientes, promotores , capacidad de escalamiento y retos que resuelven los pagos electrónicos para la gente.
Estamos convencidos que la democratización de las microfinanzas digitales es el camino a seguir para que la población de menores recursos no tengan que encadenarse a las ineficiencias del dinero en efectivo.